Elegir entra cremación o entierro es una situación que a diario afrontamos desde Funeraria Florido cuando los familiares del fallecido se ven en el delicado momento de optar por una fórmula u otra.
Lo importante es disponer de toda la información posible de modo que la decisión que se adopte sea la más oportuna, ya que son muchos los factores que se deberían tener en cuenta antes de dar ese paso.
Hoy en Funeraria Florido dedicamos estas líneas a explicar las peculiaridades de ambas opciones.
Todo lo que necesitas saber antes de elegir entre cremación o entierro:
En esos duros momentos del fallecimiento de un ser querido, los familiares necesitan trámites y opciones lo más claras y sencillas posibles. En ocasiones nos encontramos que la persona fallecida ha optado por dejar constancia de sus preferencias, pero en un alto porcentaje de ocasiones esto no es así, por lo que la decisión queda en manos de la familia o personas legalmente designadas para ello.
Hablamos de entierro o inhumación cuando el cuerpo dentro del féretro es depositado en un nicho o un sepulcro que puede ser de titularidad pública o privada. Esta es una opción muy tradicional y arraigada en nuestro país y lleva implícito un factos emocional, cultural y hasta religioso de gran consistencia.
Quienes opten por ello, deben saber que de las dos posibilidades es la más costosa y que si el fallecido no disponía de seguro de decesos, puede suponer un desembolso bastante considerable. Es cierto que en aquellos casos en que por determinadas circunstancias haya sido necesaria la exhumación del cadáver para tomar muestras o esclarecer alguna circunstancia, es la única vía que lo permite, ya que se mantienen restos de los que extraer esa información (huesos, cabello…).
Por contra, existe igualmente la posibilidad de la incineración, que consiste en convertir en cenizas el cadáver mediante un proceso de combustión que se realiza en unos espacios especializados para ello. Económicamente supone un coste menor y el polvo o cenizas resultantes se depositan en una pequeña urna.
Ello permite a los familiares poder quedarse con el si así lo desean o en su defecto, depositarlas en nichos, panteones o columbarios. Otras personas deciden esparcir las cenizas por algún lugar especialmente significativo y vinculado al fallecido, siempre y cuando esté dentro de la normativa local o municipal que permita esta acción.
A diferencia de la primera propuesta, no permite extraer muestras de ADN del cadáver pues no quedan restos en un formato que lo permita.
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