Las herencias son a menudo causa de conflictos familiares, por lo que se recomienda para evitar dejar problemas tras el fallecimiento redactar una herencia clara y ajustada a derecho que permita un reparto adecuado a los deseos del ausente, que no suponga una batalla en el seno familiar. Cuando los destinatarios de la herencia son varios herederos lo habitual es que haya un documento que permita realizar este trámite de manera sosegada y sin incidentes. Esto va a ser fácil si el testador realizó su voluntaria distribución de los bienes mediante un testamento. En su defecto se optará por un reparto de todos los bienes mediante participaciones, esto es, que cada heredero perciba un porcentaje de todos y cada uno los bienes ajustado a lo que marca la ley. En ese sentido, el sistema judicial es claro, por lo que pocos problemas podrán derivarse de una muerte sin testamento, ya que bastará con seguir las pautas legales que se marcan diáfanamente.
Pero pueden sobrevenir circunstancias que dificulten todo este proceso cuando uno o varios herederos no acepta alguna de las propuestas de reparto que se marcan legalmente. Las razones para que esta situación suceda son muy diversas. Desde que alguien quiere cree tener derecho a un mayor porcentaje del que le corresponde por el testamento firmado por el difunto, a cuestiones coyunturales como la ocupación o disfrute de la vivienda objeto de la herencia. Ante esta situación habrá que buscar el mejor asesoramiento posible a través de un abogado que pueda desenmarañar el problema y llegar al mejor fin y solución para el bloqueo.
Si un heredero se niega a aceptar la herencia debe hacerlo puede hacer mediante notario. Es un trámite que no será necesario si éste ya hubiera aceptado tácitamente, por la vía de hecho, la herencia, continuando con el disfrute de rentas de inmuebles o vendidos bienes del fallecido. Una vez se acepta la herencia, si un heredero se niega a firmar la aceptación se deberá acudir al Juzgado e interponer un procedimiento de división de herencia, siendo necesaria la intermediación de un abogado y procurador. Hay que tener en cuenta que de cara a Hacienda no importa si los herederos se ponen o no de acuerdo, ya que están obligados a presentar el impuesto de sucesiones en plazo, o solicitar una prórroga o interrupción del plazo, si no quieren encontrarse con una reclamación que signifique un descalabro económico
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