Enfrentarnos al fallecimiento de un ser querido no es un trance fácil. Debemos ser conscientes de que será una noticia inevitable, tarde o temprano. Pero puede ser aún más impactante si el deceso se produce en el propio hogar. Más allá del duro momento del suceso, debemos tener en cuenta algunas consideraciones para gestionar una situación de fallecimiento de un familiar en casa, una situación muy impactante para la que nunca se está suficientemente preparado.
Sin duda nos vamos a encontrar con una situación abrumadora que nos va a descolocar, por lo que si tenemos claras algunas cuestiones podremos abordarla con mayor seguridad. Debemos intentar no perder la calma y actuar con seguridad para que este fallecimiento no nos conlleve problemas adicionales.
Si somos testigos de este fallecimiento o hemos encontrado al difunto en su casa no debemos mover el cuerpo del lugar en el que ha sucedido el deceso. Inmediatamente debemos contactar con el teléfono de emergencias 112 para notificar este hecho luctuoso. Ellos se van a personar en el domicilio y un médico certificará la defunción. Es recomendable que pasemos este mal momento acompañados de alguien de confianza. Se trata de un trance doloroso e impactante y es un momento en el que necesitaremos apoyo y ayuda psicológica de otro ser querido para poder asumir lo sucedido.
A continuación tendremos que enfrentarnos a ciertos trámites administrativos para los que debemos preparar la póliza de decesos del Fallecido, en caso de que contara con ella. Una vez el equipo sanitario haya certificado fehacientemente la defunción hemos de ponernos en contacto con la compañía aseguradora para informar de lo sucedido. Estas entidades poseen un teléfono dedicado a estas emergencias, en el que nos atenderán con la pulcritud y apoyo que un momento tan delicado requiere. Ellos están acostumbrados a enfrentarse a estos trámites de manera eficaz y nos descargarán de esa responsabilidad en unos momentos tan duros. Esta compañía aseguradora será el encargada de contactar con una funeraria que será la responsable de todas las acciones necesarias y de asesorarte en los pasos que debes ir dando.
El cuerpo del difunto será trasladado a un hospital para que una autopsia corrobore su muerte natural. A continuación, la funeraria llevará al difunto a un tanatorio. La aseguradora va a correr con los gastos que estas acciones suponen, por ello es importante que las familias estén al corriente de la existencia o no de esta póliza, ya que en momentos tan duros es un problema añadido andar rebuscando en casa del finado para averiguar su existencia.
Si en el instante del fallecimiento no podemos constatar la existencia del seguro, podemos aportar más adelante este documento y la compañía te abonará los gastos con los que tú hayas corrido mientras averiguabas este hecho. La empresa funeraria se va a encargar de gestionar todos los trámites.
Otro aspecto a tener muy en cuente es el factor humano y psicológico derivado de este suceso. Si hemos encontrado al fallecido en casa la situación es más grave y desconcertante que si ha sucedido en un hospital, y las compañías aseguradoras son conscientes de ello, por lo que nos ayudan con seriedad y empatía, además del más profundo respeto a lo sucedido y a nuestro estado de nervios o dolor.
El duelo es una etapa fundamental para superar un fallecimiento, y en estos casos de defunción en el hogar será más duro y complejo. Debemos buscar el apoyo de familiares y amigos que nos hagan superar el impacto recibido y nos acompañen en el dolor.
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